| SALUD MENTAL: LUJO, MIEDO, NECESIDAD O ESTIGMA. | 
 Según la Organización Mundial de la salud:
   La salud mental no es sólo la ausencia de trastornos mentales. 
Se define como un estado de bienestar en el cual el individuo es 
consciente de sus propias capacidades, puede afrontar las tensiones 
normales de la vida, puede trabajar de forma productiva y fructífera y 
es capaz de hacer una contribución a su comunidad. 
En la mayoría de los países, sobre todo en los de ingresos 
bajos y medios, los servicios de salud mental adolecen de una grave 
escasez de recursos, tanto humanos como económicos. La mayoría de los 
recursos de atención sanitaria disponibles se destinan actualmente a la 
atención y el tratamiento especializados de los enfermos mentales y, en 
menor medida, a un sistema integrado de salud mental. 
En lugar de 
proporcionar atención en grandes hospitales psiquiátricos, los países 
deberían integrar la salud mental en la asistencia primaria, ofrecer 
atención de salud mental en los hospitales generales y crear servicios 
comunitarios de salud mental.
Aún más reducidos son los fondos disponibles para la promoción
 de la salud mental, expresión amplia que abarca toda una serie de 
estrategias destinadas a lograr resultados positivos en materia de salud
 mental. El desarrollo de los recursos y las capacidades de la persona y
 la mejora de la situación socioeconómica figuran entre los objetivos de
 esas estrategias.
La promoción de la salud mental requiere que se adopten 
medidas multisectoriales, en las que participen diversos sectores del 
gobierno y organizaciones no gubernamentales o comunitarias. El 
principal fin ha de ser promover la salud mental durante todo el ciclo 
vital, para garantizar a los niños un comienzo saludable en la vida y 
evitar trastornos mentales en la edad adulta y la vejez.

 
